La sostenibilidad se ha vuelto un asunto primordial en la discusión global, principalmente en cumplimiento a lo dispuesto en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que delimita una ruta a los Estados parte, como también lo concerniente a la reputación y puesta en marcha de buenas prácticas en torno a la protección y recuperación del medio ambiente. En ese sentido, las empresas y organizaciones han reconocido la necesidad de innovar en el modo por el cual han operado, logrando instaurar en sus sistemas y productos prácticas más amigables.
Si bien es cierto, se ha presentado una innovación en lo que el mercado requiere, obedeciendo a la conciencia que la población ha adquirido acorde a las consecuencias que se pueden presentar si no se cambia la forma en la cual veníamos actuando. Con el objetivo de poder encuadrar en las nuevas dinámicas de consumo y no perder beneficios económicos de manera rápida, ha surgido una tendencia conocida como greenwashing, la cual es una práctica engañosa a través de la cual se crea una falsa imagen de sostenibilidad mediante estrategias de marketing, intentando proyectar una imagen verde sin tener la capacidad de soportarla técnicamente. Esta práctica se materializa a través de etiquetados engañosos, desvío de atención, utilización de términos ambiguos, entre otros, por lo cual es muy fácil calar en el consumidor atrayéndolo con un producto que no cumplirá sus expectativas acordes a prácticas sostenibles.
A continuación, se propone una serie de recomendaciones que pueden ser implementadas por las empresas para evitar incurrir en greenwashingy cumplir de manera correcta con las conductas sostenibles esperadas, no solo por el consumidor final, si no por el cumplimiento de la normativa asociadas, siendo estas:
- Proporcionar información detallada sobre los impactos que ocasionan las actividades asociadas al proceso de producción, como también las medidas que de acuerdo a los planes de debida diligencia se han adoptado para minimizar los impactos ocasionados, mostrando así una transparencia en la operación que sea susceptible de verificación en el momento que un interesado desee hacerlo con el fin de transmitir al consumidor final confianza sobre el producto que está adquiriendo.
- Implementar programas y tener certificaciones como sellos sostenibles, realizados por entidades independientes reconocidas que validen y soporten los procesos llevados a cabo en las compañías donde se apliquen prácticas de sostenibilidad ambiental y social.
- Se sugiere la implementación de planes de sostenibilidad a lo largo de la cadena de valor, haciéndolo extensivo no solo a los procesos propios, sino también al cumplimiento de los lineamientos sostenibles por parte de los proveedores y aliados, asegurándose que los estándares se apliquen en todos los eslabones del negocio.
- Aplicar métodos de comunicación claros a través de los cuales se promuevan las iniciativas y productos de manera transparente y aterrizada a las condiciones reales, con información certera y verificable evitando generar malas interpretaciones.
El greenwashing es esa trampa que afecta directamente el trabajo que se realiza en pro de un ambiente más sostenible, por lo cual es realmente importante que las empresas adopten un compromiso genuino a la hora de tomar las decisiones asociadas a sus productos, mediante la cual contribuyan a un futuro más sostenible y no generando una confusión que posiblemente desencadenaría una serie de consecuencias de las cuales difícilmente se podrán recuperar, toda vez que pueden perder la credibilidad y confianza por parte del consumidor.